Emperatriz

Desmontamos la 'Sisimanía': así se ha convertido Isabel de Baviera en una máquina de hacer dinero

Fue la primera 'royal' europea en convertirse en una auténtica 'celebrity'. Reivindicada ahora como un icono feminista, la historia de la emperatriz triste (que guarda grandes similitudes con la de Diana Spencer) se ha convertido en un filón para el cine y las plataformas de 'streaming'. Próximamente en sus pantallas...

Antes de que el cine, las novelas y la televisión remozara de mil maneras su biografía, Isabel de Baviera , Sisi para la leyenda y para la historia, era ya una estrella. La emperatriz triste fue, en realidad, la primera 'royal' que alcanzó el estatus de 'celebrity' , como poco europea. Su vida tiene bastantes puntos de contacto con la de Diana Spencer , otra princesa desencantada con la familia real que le tocó en desgracia. Normal que ambas se hayan convertido en dos de los iconos pop más rentables de la industria del entretenimiento global.

La clave del tirón popular de Sisi (Munich, 1937) y Diana está en la tragedia: ambas vivieron el reverso del cuento de hadas en el que el príncipe se casa con la princesa, viven felices y comen perdices. Rechazadas por jóvenes e ingenuas en la corte de los Habsburgo y de los Windsor, sustituyeron amor por trastornos alimentarios y rabietas incomprendidas . Ninguna pudo adaptarse al estrechísimo corsé que tendía la monarquía, ni en el siglo XIX ni en el XX. Las dos amaron la moda, detestaron su cuerpo y murieron antes de tiempo , una asesinada por un terrorista anarquista que le clavó un estilete en el corazón, la otra en un accidente de coche mientras huía de unos paparazzi.

Isabel de Baviera figura hoy como uno de los principales reclamos turísticos de la ciudad de Viena , donde la visita al palacio Hofburg es parada obligada: allí se pueden ver sus vestidos, sus aparatos de gimnasia o sus cosméticos de Guerlain (fue, de hecho, prescriptora e 'influencer'de esta marca). En ese escenario, es fácil darle credibilidad a la Sisi encarnada por Romy Schneider en las tres películas que arrasaron en taquilla en los años 50. Las cintas de Ernst Marischka fijaron la imagen de Isabel de Baviera para la leyenda: una risueña joven enamorada hasta la cursilería. Fueron el equivalente a las portadas de ‘Hello’ de Lady Di: máquinas para romantizar y estetizar unas existencias poco menos que torturadas . Unos cuentos mediáticos que, poco a poco, nuevas biografías y películas comienzan a desmontar.

La escritora Ángeles Caso fue la primera española que quiso contar la otra vida de la emperatriz de Austria y reina de Hungría, que nos presentó como una mujer rebelde, culta y demasiado avanzada para su época . Otro libro reciente, 'Sissi', de Ana Polo Alonso, desvela que Isabel de Baviera estaba obsesionada por coleccionar fotografías de las mujeres más bellas de Europa hasta poder postular la bisexualidad y que sufrió gonorrea debido a la vida disipada del emperador.

Cual Kardashian del siglo XIX, dormía con la cara recubierta de filetes crudos para hidratarse y forraba la cama de heno para luchar contra la retención de líquidos. Jamás se cortó su mítica melena castaña : el proceso de lavarla le ocupaba prácticamente todo el día. Escondía sus dientes, amarillos de tanto fumar, y fue una de las primeras ricas en llevarse su dinero a un paraíso fiscal: Suiza .

En un tono parecido a 'Spencer', la biografía de Lady Di del director de cine chileno Pablo Larraín, podremos ver en cines ‘ Corsage’ , un estudio psicológico más bien oscuro de una Sisi de 40 años , obsesionada por mantener la belleza de la juventud. El filme, estrenado en Cannes este año, amenaza con una escena final digna de Quentin Tarantino.

Más amable es la serie que ya emite la televisión alemana y que podría llegar a nuestro streaming: pone el foco en el tempestuoso matrimonio de Isabel de Baviera con el emperador Francisco José y cómo la familia Habsburgo la trató como una simple productora de herederos para la Corona. Ya se puede ver en Disney+ un tercer título alrededor de la mítica emperatriz y Netflix amenaza con un cuarto en otoño: ambos insisten en reconstruir el mito de Sisi como un icono feminista .