Paula Llorente
Los estereotipos familiares que promueven las tecnologías entre los niños y jóvenes -y no tanto en las niñas- y los mitos que cuestionan las aptitudes de las mujeres para triunfar en carreras STEM son algunas de las razones de la profunda brecha de género que aún existe en este ámbito. Contra ellas, y reinvindicando la igualdad, surgió el Día Internacional de las Niñas en las TIC que promueve las Naciones Unidas y su organismo la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), desde el año 2011 y que se celebra el cuarto jueves del mes de abril.
Con estos objetivos trabaja la Fundación Asti, desde su programa STEM Talent Girl, que trabaja activamente reivindicando el papel de la mujer en la ciencia . Organizan talleres y programas formativos en toda España para inspirar vocaciones en las nuevas tecnologías. Cientos de niñas y jóvenes han disfrutado de esta iniciativa y han conseguido alcanzar sus sueños. Es el caso, por ejemplo, de Laura Rojas, alumna del proyecto STEM Talent Girl de Burgos desde hace cinco años, que fue una de las ocho seleccionadas por la Embajada de los Estados Unidos en Madrid en 2019 para participar en un entrenamiento espacial en la Advanced Space Academy de la NASA en Huntsville (Alabama).
Pese a los grandes esfuerzos que se hacen por la igualdad, según el director general de esta fundación, Roberto Ranz, "el interés y vocación de las niñas por las carreras vinculadas a la tecnología y la ciencia no termina de despegar, lo que pone de relieve que aún queda mucho trabajo por hacer".
Esta brecha es menos acusada en los países desarrollados, frente a otras zonas del planeta donde las tecnologías suponen un verdadero obstáculo para el género femenino, pero aun así diversos estudios han demostrado que la desigualdad tecnológica entre hombres y mujeres a nivel mundial sigue siendo demasiado grande.
En este sentido las cifras hablan por sí solas: "Los datos sobre la escasa vocación de las niñas por las disciplinas STEM son contundentes", explica Ranz. En el ámbito internacional, solo el 35% de los estudiantes de la educación superior en estas carreras son mujeres y solo el 3% de las mujeres que cursan grados en este ámbito eligen estudios vinculados con las TICs, según el informe de la Unesco ' Descifrar el Código: La educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas' .
Desde la Fundación ASTI aseguran que "en el caso español, solo el 12% de los graduados en estudios superiores relacionados con las TICs son mujeres, según un estudio de ONTSI y el Instituto de la Mujer. Otra cifra desalentadora es que el sector de las TIC solo cuenta con un 23% de mujeres como empleadas, bajando ese porcentaje al 21% cuando nos referimos al personal investigador. Si nos centramos en el área de especialidades tecnológicas, los puestos que ocupan las mujeres todavía es menor, entre el 16 y el 17%".
¿Y como se presenta el futuro? Los datos continúan sin ser muy alentadores. "En España, solo uno de cada cuatro matriculados en ingenierías es mujer, según datos del Instituto de la Mujer. No obstante, hay que decir que la falta de mujeres en este campo es un problema no solo español , sino global. Las ingenierías que menor presencia femenina tienen son la informática o la electrónica".
¿Qué gaps sigue habiendo?
Los gaps están vinculados con estereotipos de género muy extendidos, especialmente en el entorno familiar. Por este motivo, "los niños reciben de sus padres más estímulos para estudiar carreras técnicas, mientras que a las niñas se les predispone a optar por estudios de áreas humanistas" , señala Ranz. "Hay otro aspecto importante y tiene que ver con los hábitos de consumo. Los chicos pasan más tiempo de ocio con actividades relacionadas con las TICs como son los videojuegos, mientras que las chicas dedican menos tiempo a tareas informáticas o muestran un menor interés por novedades digitales. Además, otro de los estereotipos está relacionado con la creencia entre las niñas de que son menos capaces de estudiar carreras STEM", dilucida.
En este sentido, los pasos a dar todavía son muchos. Y es que el mundo parece que va cambiando poco a poco pero todavía es difícil ver la meta. Ranz explica que "es fundamental que desterremos desde edades tempranas esos estereotipos . Y para ello se han de impulsar medidas encaminadas a despertar las vocaciones STEM entre las niñas y las jóvenes, fomentando en ellas el interés por la tecnología y la ciencia".
"Hemos de ser capaces de hacerles ver que ambas materias están cambiando el mundo y que están impactando en su calidad de vida de una manera decisiva. Pero es preciso también proporcionarles mujeres referentes en estos campos, que les ayuden a desmontar mitos muy arraigados sobre la carencia de aptitudes entre la población femenina para desarrollar su carrera profesional en el sector tecnológico o científico", señala el director de la Fundación ASTI.