Afganistán

Las mujeres afganas desafían el burka talibán y reivindican sus vestidos tradicionales en Instagram: #DoNotTouchMyClothes

Ni el burka ni el niqab. Bajo el hashtag #DoNotTouchMyClothes las mujeres afganas han tomado Twitter e Instagram para reivindicar la colorida vestimenta tradicional afgana y denunciar el 'dress code' que los talibanes han impuesto a las estudiantes universitarias.

Ixone Díaz.

La impactante imagen de 300 mujeres afganas cubiertas de pies a cabeza con un niqab en un evento pro-talibán celebrado en la universidad de Kabul daba la vuelta al mundo hace unos días provocando estupor. Entre proclamas contra la coeducación o la democracia, su vestimenta mandaba un terrorífico mensaje sobre lo que el nuevo gobierno talibán espera de las mujeres que, a partir de ahora, quieran estudiar o trabajar fuera de casa. Casi al mismo tiempo, Instagram y Twitter se conjuraban bajo el hashtag #DoNotTouchMyClothes para desafiar a los extremistas y reivindicar su colorida cultura tradicional, muy alejada del burka o el niqab.

La campaña responde al reciente anuncio del régimen talibán sobre el 'dress code' que las universitarias tendrán que utilizar para asistir a clase. Pero también a la decisión de que, a partir de ahora, la educación será segregada, una medida que pone en riesgo el acceso a la educación de las mujeres debido a la falta de profesoras (los hombres no pueden enseñar a las mujeres según la sharia) y la escasez de aulas.

Su promotora es la doctora Bahar Jalali, experta en historia afgana y estudios de género, que hace tres días compartió en Twitter una foto suya luciendo un traje tradicional: “Esta es la cultura afgana. Estoy vistiendo un vestido tradicional de mi país. # AfghanistanCulture”.

Su post en Twitter encendió la mecha de un movimiento al que se han sumado mujeres afganas de todo mundo, tanto conocidas activistas como instagramers relativamente anónimas. Desde la política británica de origen afgano Peymana Assad hasta la fotógrafa y artista visual Rada Akbar , que explicaba a través de Twitter: "El 'dress code' negro que los talibanes están imponiendo a las mujeres afganas no forma parte de nuestra cultura. Este es nuestro traje tradicional. Es colorido y único #AfghanWomen #AfghanCulture".

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Durante el primer régimen talibán, que gobernó Afganistán entre 1996 y 2001, el burka era obligatorio para las mujeres afganas, que no podían trabajar, estudiar ni salir de casa si no era en compañía de su marido o de su padre. El niqab, una túnica negra que solo deja los ojos al descubierto, es más propia de los grupos salafistas del Golfo Pérsico que de Asia Central.

Antes de la llegada de los talibanes al poder en 1996, el uso del burka era minoritario en ciudades como Kabul. Aunque sí es un atuendo de origen afgano, antes del siglo XX solo lo usaban las mujeres de la alta sociedad en las ocasiones especiales, como las bodas, y no se utilizaba como elemento de opresión. Si bien el nuevo gobierno no ha impuesto su uso obligatorio, el miedo a la represión y a los ataques de combatientes talibanes, hizo que sus ventas aumentaran exponencialmente en Kabul cuando los extremistas llegaron al poder a mediados de agosto.