Fotografía facilitada por A3. EFE/Rafael Bravo /
P- ¿Ha sufrido discriminación por sexo a lo largo de su carrera profesional?
R - Al principio de mi carrera pensaba que no había mucha diferencia en las oportunidades que han tenido mis compañeros masculinos con las que he tenido yo misma. Pero con el tiempo, y posiblemente fruto de que ha cambiado mi mirada, me he dado cuenta que he tolerado bastantes situaciones de machismo, incluso de micromachismo, y no sé si en algunos casos de desigualdad. Pero las dabas por buenas y las considerabas parte del reparto de papeles que a ti te tocaba como mujer joven en un medio en el que estabas trabajando.
P- Hubo una época en la que los hombres tenían el peso mediático de la opinión pública, pero esto afortunadamente ha cambiado. Sin embargo, la mujer se ha convertido en víctima de la actualidad, ¿no?
R- Eso es indudable y es algo que deberíamos cambiar. Porque hay muchos que lo que dicen es que todavía hoy cuando hablamos de mujeres lo hacemos en términos de víctimas porque, lamentablemente, son la mayoría de las protagonistas de los sucesos, sufrimos la lacra de la violencia machista, eso es indudable. Tenemos que hablar de la misma, pero tenemos que acostumbrarnos también a acudir a las mujeres como referentes en muchos ámbitos, en la judicatura, en la política, en la economía, que ahí sigue habiendo muchas diferencias, todavía hay muchos techos de cristal. Tenemos que equilibrar para que la mujer no sea solo protagonista del suceso sino de todas las facetas de la vida.
P- En la política hemos avanzado mucho en esa equidad ¿Crees que las próximas elecciones habrá una mujer candidata a la presidencia del gobierno?
R- Yo creo que sí, una o dos es probable que veamos en la próxima legislatura. Y ahí sí que soy un poco optimista, a mí no me gusta hacer diferencia entre hombres y mujeres porque pienso que cada uno tenemos nuestros defectos y nuestras virtudes, pero tiendo a pensar que las mujeres tendemos a ser bastante pragmáticas y que no nos gusta perdernos en según qué batallas que no nos conducen a nada. Y quiero pensar que ese pragmatismo que aplicamos en el mundo de la empresa nos haga bien en el mundo de la política. Lo digo porque el debate político está muy marcado por la pugna, por la ideología, por la testosterona, y ojalá empiecen a llegar mujeres y hombres con esos atributos más puramente pragmáticos, con ganas de sacar adelante el país, que piensen en el interés general.
P- ¿Y para ti quién fue el referente?
R- Clarísimamente mi madre la que más, para mí siempre ha sido el patrón a seguir. Hablo todavía de ella en presente a pesar de que me dejó hace dos años porque ha sido una mujer muy avanzada para su época. Fue madre de 7 hijos y a pesar de todo presidió una ONG Internacional que la llevó a viajar por todo el mundo. Hablaba muy bien inglés, francés y tuvo especial preocupación por los países de Latinoamérica donde había muchos casos de machismo flagrante donde las chicas cuando se quedaban embarazadas las echaban sus propios padres de casa. Entonces ella montó centros de acogida y a través de esa ONG ayudaba a muchas mujeres a salir adelante. Esta sede está todavía hoy en Suiza y sigue trabajando mucho, pero mi madre abrió mucho camino en ese sentido. Fue una gran inspiradora.